Se recuperan los seis quintetos para cuerda y teclado del padre Soler.

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La Fundación BBVA ha presentado un doble CD editado por el sello Columna Música que recoge los Seis quintetos de Antonio Soler (1720-1783), grabados por el Cuarteto Bretón y con la pianista Torres-Pardo.

Antonio Soler nació en Olot (Gerona) y a los seis años de edad se incorporó a la escolanía del Monasterio de Montserrat, en aquel momento un centro musical de gran actividad y donde durante diez años se formó en composición y órgano. En 1752, a la edad de 23 años, ingresa en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, entonces regentado por los jerónimos: allí se ordena sacerdote y pasará el resto de su vida. Durante los cuatro primeros años se desplaza con frecuencia a Madrid, pues se formó con el compositor Domenico Scarlatti y el organista Antonio de Nebra, músicos de la corte de Carlos III. Al mismo tiempo, la corte pasa al menos dos meses al año en El Escorial, lo que le mantenía en vivo contacto con las corrientes de la capital.

La música del padre Soler destaca “por su originalidad. Las composiciones de Scarlatti, por ejemplo, parten de un motivo que se desarrolla poco a poco, de modo muy coherente. En cambio, Soler tiene una gran espontaneidad, como si incorporase fragmentos de distintas piezas a una misma composición”, ha señalado durante la presentación el profesor Ruiz Tarazona.

“Los quintetos de Soler suponen un avance decisivo para el desarrollo de la música de cámara española, pues tienen poco que ver con los ejemplos camerísticos del barroco, que siempre recurren al bajo continuo. En los quintetos, por contra, todos los instrumentos participan en pie de igualdad e independencia, como sucede con los grandes maestros del clasicismo vienés Haydn y Mozart”, ha subrayado Tarazona.

Soler participó activamente en los ideales renovadores y científicos de la Ilustración. “No se atenía a las reglas, ni en sus composiciones ni en la indagación sobre teoría musical. Se preguntaba, por ejemplo, por qué había que articular la música en tonos y semitonos, por qué no se podían utilizar además cuartos y octavos”. Esta inquietud -y su paralela vocación europea- se refleja en su correspondencia con el padre Martini, presidente de la Academia Filarmónica de Bolonia, y en su tratado Llave de la modulación y antigüedades de la música, así como en la construcción de un nuevo instrumento llamado afinador o templante para mostrar la división perceptible de un tono en nueve partes o comas.

Los quintetos destilan, añade Ruiz Tarazona, “una clara afinidad con la estética más moderna de su tiempo, la de la escuela de Mannheim. Por otra parte, en algunas variaciones lo español se hace evidente y se palpa la vieja escuela organística, desde Cabezón hasta la moderna escuela clavecinística. Pero su riqueza es tal que encontramos también largos casi mozartianos -aunque Soler es treinta años mayor que él- de melancólica belleza y expresividad o movimientos con un tratamiento virtuosístico del instrumento de teclado”.

Trabajo de investigación para recuperar un tesoro musical

Según Torres-Pardo, “Todo pianista que haya pasado por un conservatorio ha tenido que enfrentarse a la dificultad de las sonatas del padre Soler. Por eso sabíamos que su música era limpia y clara, con movimientos lentos y líricos o con ritmo y carácter. Pero, ¿que sabíamos de sus seis quintetos para teclado y cuerda? Sabíamos de su existencia, pero no los escuchábamos porque no se tocaban; y no se tocaban porque hasta el momento no se había realizado el trabajo de recuperación necesario para poder mostrarlos al público”.

“Tanto para el Cuarteto Bretón como para mí, estaba claro que este autor merecía mucha más atención. Nos preguntábamos cómo sería tocar esa música, que fue concebida en aquel monasterio hace cerca de 250 años para instrumentos que apenas existen ya. ¿Buscaríamos instrumentos de época: clavecín, pianoforte o piano? ¿arcos barrocos o modernos?. Y, ¿dónde encontraríamos las partituras?”. Así, Torres-Pardó explicó que encontró “un facsímil del manuscrito” que conservaba una editorial francesa y, más tarde, “un ejemplar de la obra revisada por Robert Gerhard, editada por la Biblioteca de Catalunya en 1933. Tuvimos que hacer cada uno de nosotros un trabajo de estudio y adaptación, puesto que no había particellas de cada instrumento por separado”.

Después de probar varios instrumentos y evaluar opciones a través de un concierto, Torres-Pardo y el Cuarteto Bretón optaron por instrumentos de hoy, más ricos en posibilidades sonoras: “En esta decisión tuvimos en cuenta que Soler fue un innovador en su tiempo, no solo en la composición musical, sino como inventor de instrumentos, que intentaba incansablemente perfeccionar, porque los que existían entonces no le satisfacían suficientemente”.

John Stokes, violochelista e integrante del Cuarteto Bretón, explica que “tanto Rosa como el Cuarteto Bretón tienen una consolidada trayectoria de defensa del repertorio español y los Quintetos de Soler eran una elección obvia, no solo por su extraordinaria calidad sino porque configuran un opus compacto, una serie completa de 6 quintetos que son, además, pioneros en esa formación”.

Nuria Viladot, directora de Columna Música, aporta la visión desde la producción: “La grabación de la integral de los quintetos del padre Soler encaja perfectamente en la filosofía de nuestro sello editorial, cuyo objetivo diferenciador es recuperar patrimonio de todas las épocas -desde trovadores catalanes de los siglos XII y XIII hasta autores contemporáneos -, haciendo hincapié en compositores de los que hay poco material y resultan, por eso, aportaciones más originales”.

Los intérpretes
La pianista madrileña Rosa Torres-Pardo es premio Extraordinario Fin de Carrera del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y se ha formado con Joaquín Soriano y Gloria Olaya, con María Curcio en Londres, en la Juilliard School de Nueva York y con Hans Graff en Viena. Obtiene el premio Masterplayers de Lugano (Suiza) en 1986 y debuta en el Teatro Real de Madrid en 1987, interpretando el Concierto nº 3 para piano de Prokofiev junto a la Filarmonía Hungárica y Jean-Bernard Pommier.

Ha trabajado con grandes orquestas como la Filarmónica de Los Ángeles en el Hollywood Bowl y la Royal Philharmonic de Londres, y directores como Spivakov, Dutoit, Fournet, Vásáry o Termikanov, en salas como el Carnegie Hall y Alice Tully Hall de Nueva York y Kennedy Center de Washington, Sala de las Columnas de Moscú y Philarmonie de San Petersburgo, Konzerthaus de Berlín, Music Halle de Hamburgo y otros muchos teatros en Europa, Argentina, China y Australia. Ha colaborado con Plácido Domingo en Estados Unidos y ha dado conciertos y recitales en España con las mejores orquestas del país.

Ha actuado con cuartetos como Melos, Assai o Janácek; con cantantes como María Bayo, Isabel Rey, Marina Pardo y Enrique Viana; con actores como José Luis Gómez y con la bailarina Lola Greco. Ha grabado para Decca, Calando, Naxos, Autor y Deustche Grammophon. Recibió, junto a Alicia de Larrocha, la Medalla Isaac Albéniz en Camprodón (Gerona) por la interpretación y difusión de Iberia en el sello Glossa.

El Cuarteto Bretón nace en 2003, cuando cuatro músicos con larga experiencia en diversas formaciones de música de cámara comparten la necesidad de dar a conocer cuartetos de compositores españoles, tanto actuales como del pasado. A partir de ese compromiso inicial, el Cuarteto Bretón ha puesto un énfasis especial en la música española de compositores como Ernesto y Rodolfo Halffter, Jesús Guridi, Julián Bautista, Jesús García Leoz, Tomás Bretón, Julián Orbón, Joaquín Turina o Julio Gómez, así como en las obras de compositores actuales como Agustín Charles, Alfredo Aracil, Tomás Marco, José Luis Greco, Mario Carro o Cristobal Halffter, sin descuidar, por supuesto, el gran repertorio para cuarteto de todas las épocas, desde Mozart y Haydn, a Debussy, Shostakovich o Szymanowsky, pasando por Beethoven, Schubert, Mendelssohn, Schumann, Brahms, Borodin o Lalo.
Entre sus numerosas grabaciones figuran los Cuartetos de cuerda de Alfredo Aracil, volumen de la colección Compositores Españoles de Música Actual, creada por la Fundación BBVA con la colaboración del sello Verso.

La Fundación BBVA y el impulso a la música

El programa de música es una de las áreas preferentes de trabajo de la Fundación BBVA, con especial atención a la creación musical de los siglos XX y XXI. Entre las actividades que la Fundación BBVA desarrolla o apoya figuran ciclos de conciertos en sus sedes de Madrid y Bilbao. Colabora también con la ORCAM, la ABAO, la ROSS y el Teatro Maestranza de Sevilla. Además es mecenas del Teatro Real de Madrid.

En cuanto a la grabación, la Fundación BBVA edita con la colaboración de Verso la Colección de Compositores Españoles y Latinoamericanos de Música Actual, publica una serie internacional desarrollada con NEOS, así como proyectos singulares dedicados a la grabación en audio y vídeo de obras o de intérpretes emblemáticos, entre ellos dos DVDs dedicados al maestro Joaquín Achúcarro, la Carta Blanca dedicada a Cristóbal Halffter, el Panambí de Ginastera o Tomás Luis de Victoria.

La labor de mecenazgo musical de la Fundación BBVA se concreta también en encargos de composición, una convocatoria anual de becas destinada a los músicos de la JONDE de la que este año se han beneficiado 69 intérpretes, los premios de composición en colaboración con el Auditorio Nacional de Música y con la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS), así como el Premio Fronteras del Conocimiento y la Cultura en la categoría de Música Contemporánea.

Fuente: docenotas.com

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